En sus inicios, la seguridad cibernética era un lujo que solo los grandes corporativos podían darse por los altos costos que representaba y por la necesidad constante de actualización y reconfiguración de esos sistemas, que también era costoso, en un intento por mantenerse a la par de la delincuencia.
El crimen cibernético se ha intensificado con el paso del tiempo, de tal manera que contar con protección contra ataques digitales ya no es opcional y se ha vuelto prioritario. La buena noticia es que los programas y las infraestructuras de seguridad cibernética han alcanzado precios accesibles que permiten que empresas de todos tamaños tengan acceso a ellos.
Asimismo, las grandes firmas del sector y sus distribuidores a nivel global han abierto modelos de negocio que se enfocan en la atención del sector de las pequeñas y medianas empresas (Pymes). Es recomendable que los líderes de estas empresas comiencen a buscar proveedores de seguridad cibernética, si aún no los tienen, para proteger su información y sus activos, y que establezcan alianzas cooperativas con ellos para identificar vulnerabilidades, establecer programas de detección proactiva de amenazas, implementar mecanismos de respuesta inmediata a ataques y definir procesos de minimización de daños y/o recuperación de pérdidas.
Dado que la delincuencia cibernética no desaparecerá y, por el contrario, se hará cada vez más eficiente, la necesidad de protección es impostergable. SILIKN pronostica que un ciberataque podría paralizar a 75.5% de las Pymes en México, en las condiciones de vulnerabilidad en que ahora se encuentran.
La creación de una empresa exige mucho tiempo, dedicación, esfuerzo e inversión. Sería lamentable perderlo todo por no haber actuado cuando era oportuno, es decir, ahora mismo, cuando las condiciones son propicias. Mañana podría ser demasiado tarde.
